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Entrevista al Pigmalión

Foto: Isabel Matta Bazán / Texto: Marco Antonio Panduro

Publicado: 2025-03-10
Una serie de declaraciones por demás interesantes de Basilio Rodríguez Cañada, en su visita a Perú, en torno de la salud del libro en tiempos post Covid, y el trayecto de la casa editorial Sial Pigmalión, consolidado ya. Veintiocho años ininterrumpidos de edición, más de dos mil libros editados, una nómina de 2650 autores de diversos países de 4 continentes. Aquí la entrevista.

¿Cómo así nace Sial Pigmalión?
Nuestro proyecto editorial surge durante la década de los 90, en medio de un ambiente cultural, literario y artístico, coincidiendo en un momento de eclosión con la determinada “movida madrileña”. Es un momento álgido en el que nacen proyectos artísticos, culturales, literarios, muy diversos. Nosotros estábamos dentro del contexto universitario, y allí organizábamos diferentes eventos. En este contexto, muchos de los jóvenes tenían problemas para publicar sus libros, porque se producía algo que podríamos denominar como un “cuello de botella”. Solo eran publicados aquellos que según el canon estético de ciertos críticos y editores les eran válidos. Eso implicaba que la mayoría de los jóvenes se quedaran sin publicar. Estos jóvenes acudían a los llamados “piratas editores”. Les cobraban un dineral, no distribuían sus libros, y de alguna forma los dejaban huérfanos después de aquel proceso. Eso hizo que se iniciáramos un proyecto en marcha bajo un primer nombre un tanto ampuloso, Sociedad Internacional de Amigos de la Literatura que, como podrás comprobar, era un nombre muy poco comercial. Adoptamos el acrónimo y comenzamos a publicar muy rápidamente. Tuvimos una magnífica acogida y unos años después fundamos el sello Pigmalión.
¿Y cómo es que, entonces, deciden poner la mirada editorial en el mercado iberoamericano? En retrospectiva, ¿cuáles serían los inicios en aquella década de los 90?
Ningún proyecto editorial español se ha consolidado sin tener en cuenta los lectores hispanoamericanos. Tenemos una lengua común y lectores comunes. Desde el principio fue un enfoque africanista y americanista. Pero hubo que tener una espera de quince años para plantearse la aventura americana. Es decir, para establecer una “cabeza de puente”. Ha tomado quince años plantar los pies en tierras americanas. Seguidamente, había que decantarse por un país de este gran continente. En una primera instancia consideramos México como país de inicio, por ser la gran potencia editorial y tener el mercado más grande. Pero en aquel momento nos pareció que era demasiado inabarcable. Luego, estaba la meca de la edición en América: Argentina. Pero significaba implicarse con esa espada de Damocles. Bajo una economía inestable, podíamos pagar las consecuencias. La tercera opción era Colombia. Un país denominado como “peligroso”. Hay que retrotraerse diez años atrás con conflictos que no se habían superado. Pero en Colombia hemos sido bien acogidos, además de su tradición literaria. De manera tal que hace nueve años de esto y somos ahora la editorial que más autores colombianos –220– ha publicado fuera de Colombia –no en España–, sino fuera de Colombia. Hemos vuelto a México, ahora, y desde hace dos años tenemos presencia en Ciudad de México y en Guadalajara, y esto no has permitido tener presencia en las dos de las de las ferias más importantes del continente, las Ferias de Puebla y de Guadalajara.
¿Qué hay del caso boliviano?
En Bolivia estuvimos el año pasado. Nos acogieron francamente muy bien. Un viaje muy productivo que compartimos con una delegación de unos quince escritores de nuestro grupo editorial. Lo que ocurre es que encontramos un contexto político complicado, inestable. Es un país chiquito con el que estoy vinculado afectivamente porque me han elegido académico, correspondiente por España, de la Academia de la Lengua Boliviana. Por tanto me siento obligado a seguir trabajando con ellos. Pero con una situación política inestable se hace un poco difícil. Tanto es así que teníamos este año previsto un nuevo viaje con un grupo de escritores. Nos han sugerido retrasarlo para el 2026 a ver si se estabiliza la situación política y social. Pero hemos hecho un recorrido por las universidades de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra que nos ha parecido muy positivo. Nos ha gustado mucho el ambiente universitario y cultural.
¿Y hoy, este año, ha tocado Perú?
Otro pendiente era Perú. Siempre fuimos invitados, pero nunca hicimos una prospección en serio. Hablamos de un mercado más pequeño que el de México o Colombia, pero con muchas vinculaciones personales; es decir, mis raíces extremeñas me invitaban a venir aquí, en este mi tercer viaje, pero en esta ocasión ha sido la primera vez de trabajo de campo, entrevistas, reuniones con autoridades. Tenemos planeado organizar un congreso para el año 2026 trayendo autores de África, América, Europa, para dar de alguna forma crear un foro de reflexión e interactuar con los autores peruanos. Y por supuesto hemos tenido la presentación de autores peruanos; entre estos, el libro de Marcos Martos, Canción del amante de la libertad; Spartacus, corazón de fuego, de Mary Soto; la antología poética peruana femenina reunida en Las Trece de la Isla del Gallo.
Pasando a un plano más global, ¿qué diferencia podemos encontrar entre el mundo editorial del ayer y el de hoy?
El modelo del negocio editorial ha cambiado radicalmente. Antes, en España, se tenían ediciones mucho más amplias. Hablamos de ediciones medias en narrativa de 1500, 2000, 2500 ejemplares. En poesía de 700 a 1000 ejemplares. Actualmente las ediciones se han visto reducidas. Primero por la irrupción de pirateo de contenidos digitales; y segundo por el e-book. Tema que algunos agoreros vaticinaban que el libro impreso desparecería en diez años. Yo me mostraba en desacuerdo con aquel vaticinio y dije en su momento que el e-book era complementario con el libro impreso tradicional y que iban a convivir muchísimos años. Y es que el e-book había nacido ya con un problema inherente: el pirateo de contenidos digitales. Es más fácil piratear un e-book que uno impreso. Además, no hay una legislación en la mayor parte de los países que inhiba a quienes vulneran los contenidos de las obras, los derechos de autor y de los editores. El fenómeno de los e-book ha reducido las tiradas y la pandemia ha obligado a replantearse el negocio editorial. Antes de la pandemia la gente era reacia a comprar online. Ahora hemos aprendido a comprar. Nosotros mismos hemos tenido que abrir nuestra propia librería online. En la pandemia se demostró que la mayor actividad a nivel mundial fue el de la lectura, seguida luego de las películas. Desde entonces, ha habido un rebrote de las ventas del libro impreso. Aunque se han reducido las tiradas medias. En España, actualmente, una tirada media es de 1000 y picos ejemplares. En poesía, 500 a 400 ejemplares. El costo del papel se ha incrementado entre un 35 a un 40%. Esto ha obligado a una reducción de las tiradas. Se prefiere ahora más cortas y si lo amerita se hacen reimpresiones. Pero hay otro tema, un tema que es conflictivo. Todo lo que es la logística, el almacenamiento de los libros se ha encarecido considerablemente. Esto se evita con tiradas más cortas.
En base a esta experiencia de tres décadas, ¿cuál es la tendencia en temática de lecturas y los rangos de edades y de género actualmente?
Dos tercios de la población se confiesan lectores, entre esta cifra están los que leen un libro al año, de manera obligada, simbólica, hasta los supralectores, los que –de manera cotidiana– mantienen el negocio del libro. Este perfil en España se caracteriza por un rango de edad entre los veintipocos y cincuenta tantos años; profesional, independiente y... mujer. Si las mujeres son más supralectoras, es lógico que demanden obras en las que se focalicen los temas desde el prisma de mujer. De ahí muchas autoras han visto incrementarse sustancialmente el número de lectoras y lectoras de sus obras. Y se ubican en el ranking de los más vendidos. ¿Por qué? Pues, obviamente, quien más lee, quien mantiene el negocio, quien compra libros, tiene derecho a pedir unos temas concretos y la forma de tratarlos. Y es lo que está aconteciendo y esto ha hecho que se subsane un error histórico. La mujer ha estado relegada a un segundo plano, cuando no, difuminada, despreciada. La historia de la literatura es machista. En las últimas cuatro décadas se ha producido un efecto inverso, han empezado a surgir nombres de mujeres, incluso temas que antes estaban vedados, como la psico sexualidad femenina que ha hecho que se conviertan en fenómenos mediáticos muchas de ellas. Ahora mismo el panorama es muy rico en propuesta de escritoras que abordan temas de convivencias, de pareja, de sexualidad, que realimente las convierte en referentes. En el momento actual la mujer está marcando la línea de lo venidero. Yo creo que es un fenómeno global. Pero no quisiera arriesgarme a hacer una afirmación categórica porque no tengo datos de todo el espectro mundial. Es lo que está aconteciendo. En América me he encontrado que también son las que más leen. Hemos apostado por muchas autoras que tienen lectores, seguidores, y que son rentables. Antaño esto era impensable. Se buscaba autores para incorporar al mercado editorial, ahora es todo lo contrario, incluso en nuestro caso, el 50 %de nuestros autores son mujeres.
¿Cuál es la percepción que se tiene en España de la literatura de viajes, y más precisamente de la Amazonía?

La literatura de viaje siempre ha sido un género exitoso y ha habido autores de referencia que han marcado la pauta. En el momento actual es un segmento para lectores muy jóvenes, y para lectores jóvenes de entre los 20 y 40 años. Funciona muy bien. Concretamente de temática amazónica, precisamente por los movimientos, los “verdes” en los distintos países, los movimientos sociales y políticos que abogaban por la ecología, se ha focalizado también en África como en América el interés de estos grupos. Y muchos escritores han viajado hasta allí. Por tanto, ¿qué puede suscitar en un lector español un tema de la Amazonía? No hay demasiado conocimiento, esa es la verdad. Pero a través de los propios autores autóctonos que han dado sus puntos de vistas se ha configurado ya el problema, que es el patrimonio ambiental que hay que preservar y que por intereses espurios y materiales se está acabando con este. El problema que es: la destrucción. Es una realidad de la que ya se habla no solo del deshielo, sino también de ese legado forestal verde que nos puede permitir tener un mundo mucho más habitable. Esto ha concienzado a muchos lectores a través de obras universales. Ahora, un conocimiento profundo en España, no se tiene. En cambio, lo he percibido, sí, en Perú, en Brasil, en todos los países amazónicos. 


¿Y en referencia a su producción poética?
En cuanto justamentre a esto, he buscado literatura que trate de la Amazonía. He buscado esos mitos y autóctonos que me permitan conocer las claves para poder desentrañar los entresijos de esos movimientos sociales, esas reivindicaciones sociales y la forma en la que se la está tratando literariamente, en especial los mitos mediterráneos y grecolatinos. Estos son muy conocidos a nivel mundial, pero hay una serie de mitos, hispanoamericanos, americanos, atlánticos o pacíficos, que resultan desconocidos. Por eso me he planteado Cuadernos del Pacífico, el libro que estoy trabajando para hablar de esa riqueza cultural y esa riqueza ecológica que tenemos que preservar. Si conocemos la cultura de esos países, esos contextos ecológicos naturales, posiblemente vamos a estar más concienzados para preservarlos. Aquí hay un legado que si no se difunde, que si no se conoce, se desprecia de alguna forma. Y ese implica también un desprecio al hábitat y al entorno. A través de la literatura podemos concienzar. Yo he siempre he dicho que un libro nunca ha parado una guerra, un desastre ecológico, pero ha ayudado a reflexionar a mucha gente. Si esto se produce, si esta reflexión se lleva a cabo, pues a lo mejor se pueden tomar decisiones, o la gente de alguna forma se puede organizar para preservar sus derechos y su patrimonio que puede estar en peligro.
Muchas gracias por la entrevista, Basilio. ¡Seguimos charlando en off, entonces!
¡Por supuesto, seguimos charlando en off!

Escrito por

Marco Antonio Panduro

Nacido en Iquitos (1974), autor de APUNTES PERDIDOS (2020), LOS AMANTES DE MI ABUELO (2023), & NUNCA ANTES Y NUNCA DESPUÉS (2024).


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