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Todos los días bebes mercurio

Tomado de Pro&Contra Amazonía Digital

Marco Antonio Panduro

Publicado: 2024-01-14

Imagina que el título de este artículo sea una realidad cotidiana. Que el agua que el ama de casa hierve para el desayuno contiene mercurio, que el ceviche de pescado que se prepara en la cevichería de la esquina viene con mercurio, incluso aquella agua del bidón de “agua filtrada” no escapa a las dosis de mercurio que corre en el Nanay.

Recordemos que este medio millón de habitantes que puebla Iquitos consume agua venida desde la Cuenca, el Nanay, el río que contiene frágiles ecosistemas de arena blanca, bosques inundados de aguas negras y numerosas especies endémicas. «Es la única agua bebible», dice José Manuyama, uno de los activistas en primera línea de lucha contra la minería ilegal en el Nanay, miembro del Comité de Defensa del Agua. «Ahora no sólo se saca oro del río, sino al bosque se lo está comiendo».

Las movilizaciones en la Plaza 28 de Julio desde octubre del año pasado, la proyección del documental PISAR SUAVEMENTE LA TIERRA del cineasta brasileño Marcos Colón que «describe los engranajes del Estado y de las empresas que destruyen la vida y desencadenan la muerte en la región amazónica»; hace poco, la presencia en Iquitos de la actual Ministra del Medio Ambiente, Albina Ruiz, empujada por este tema urgente, han sido muestras de preocupación de cara a una actividad ilegal que comienza a adquirir ribetes de arraigo como ya es el paisaje desolado en Madre de Dios.

Según el periódico británico THE GUARDIAN, la actividad minera viene afectando la calidad del agua, al punto que ya es una amenaza de enfermedades a más de 170 mil pobladores indígenas. Un reciente reporte del Proyecto de Monitoreo la Amazonía Andina–MAAP muestra la escala y el impacto de la actividad ilegal del oro en la región Loreto, los afectados son 11 grandes ríos los cuales cubren un área de 3 áreas naturales protegidas y 32 territorios indígenas.

Entre el 2011 y julio del 2023, se han reportado 122 casos de minería ilegal. De hecho, ya hay pruebas del impacto del mercurio en las copas de los árboles y en los monos choro de cola amarilla, y tendrá efectos reales en la población humana, si es que ya no es una realidad que aún no emerge. Dicho de otro modo, el hecho que el reporte estadístico no arroje por lo pronto sentencias irrefutables sobre el daño al cuerpo humano, esto no quiere decir que el mercurio no se haya “inoculado”.

Pese al escepticismo que suscitaba su presencia, al parecer, las declaraciones por parte de la ministra Albina Ruiz la hacen ver como alguien comprometida, al menos eso parece según lo vertido.

Según la cobertura que el DIARIO LA REGIÓN le ha dado, la ministra Ruiz Ríos ha dicho en su visita: «Loreto cuenta con 2,564 casos por delitos ambientales. Por eso no solo hemos convocado a la Fiscalía del Medio Ambiente, sino a la Fiscalía Especializada en Crimen Organizado. Porque detrás de la tala ilegal, de la minería ilegal, hay un crimen organizado, no es solamente un daño ambiental. Tenemos que ver cómo proteger nuestra Amazonía, no podemos llegar a un punto de no retorno. Estamos cerca de que así sea y el planeta se vaya “al cacho” realmente. Si seguimos como estamos, deforestando, con minería ilegal, narcotráfico; nos vamos a comer el pulmón (pulmón del mundo) que tenemos. Para el año 2024 hay más presupuesto, más dinero para que este tema avance. Hay una comisión multisectorial, con los 19 ministros, incluido el Premier hemos visto el tema de la Amazonía. Este viernes o máximo el sábado, se está publicando el DS que crea una única comisión multisectorial de carácter permanente para erradicar la minería ilegal. Vamos a tener un alto comisionado».

«Para el año 2024 hay más presupuesto, más dinero para que este tema avance», atentos a esto. Si se ve bien, el dinero presupuestado pasa por muchas instancias y puede, porque es muy posible y probable, que en una de estas estaciones ese dinero por arte de magia se diluya por mil y un razones.

Desde la cosmogonía cocama, «El río forma parte de nuestro espíritu, porque los espíritus viven bajo el agua. Si el río muere, muere nuestra dignidad como humanos. No sólo matas el cuerpo, transformas el universo Cocama» José Manuyama dixit.

Este profesor en Ciencias Sociales piensa que lo depredador es lo intrínseco y la paradoja es que la periferia no crítica la modernidad, es adepta a ella, y más bien las voces críticas vienen desde el primer mundo cuestionadoras del Antropoceno, al hombre neurótico de las ciudades. Y aquí pareciera, en cambio, que la población iquiteña es una población narcotizada en trivialidades y horizontes que no van allá que la distancia de una mirada miope.

«La matriz colonial es la corrupción», reflexiona José Manuyama. Y tiene la mala certeza que si no se toma al toro por las astas, el Nanay y sus bosques están condenados a su destrucción. Se vale de la analogía de los operativos antidrogas donde se captura a un par de micro comercializadores de PBC, por ejemplo, y se hace ver los avances en la lucha contra el narcotráfico. Se pregunta, ¿por qué no, de una vez, eliminar todas las dragas si se sabe dónde operan y estas se encuentran plenamente localizadas?

En verdad, en todo el Perú se ha pasado del típico pragmatismo empresarial, al pragmatismo empresarial modo pirata. En esta línea correlativa si bien tareas extractivistas en diferentes rubros son parte de la dinámica económica, se puede pasar de un extractivismo desaforado a un extractivismo indispensable y manejado de forma adecuada.

«El Derecho Adquirido es un derecho menor si se compara con los derechos de la vida, del medio ambiente, del territorio, de la comunidad indígena Iquito, el derecho al agua; esos son derechos fundamentales que comparados con los derechos adquiridos la balanza pesa más a favor de los derechos fundamentales», es lo que defiende este requenino de nacimiento.

Cuando le tocó participar su discurso breve fue de interpelación: «El viceministro del interior debe saber que la minería ilegal existe en la cuenca del Nanay, pero no solo porque hay mineros, sino porque cuentan con la anuencia y complicidad de un gran sector del Estado. El viceministro tiene mucho que explicar. En la Cuenca hay un puesto policial que no ve nada. Hay denuncias contra varios policías porque ven las dragas, ven el transporte de insumos y no hacen nada. Hay denuncias hechas ante la Prefectura de la comunidad Santa María. Indican que varios efectivos de la Marina trafican sus funciones y entonces así no va haber nunca un combate contra la minería. Siempre mencionan que no hay recursos etc.».

La mesa de diálogo convocada por el Ministerio del Medio Ambiente dio tribuna asimismo a voces desde dentro. Así, a Marcelina Angulo, presidenta de la comunidad de Alto Nanay Pintuyacu Chambira, le gustaría saber el motivo para que el viceministro del Interior entregue una concesión minera metálica en el área de influencia del Nanay. «Si nosotros –como expresa– nunca lo hemos pedido. Necesitamos, en cambio, proyectos alternativos, sostenibles para mejorar nuestra economía sin hacerle daño a la naturaleza. Con transporte para poder sacar nuestros productos. Tenemos muchos recursos y queremos proyectos alternativos, de bio-negocios, para mejorar la vida de nuestras familias».

Otro testimonio de la tierra de nadie –de este Corazón de las tinieblas amazónicas que Joseph Conrad volvería escribir– que se ha vuelto la Cuenca es el de Alicia Piña Aguilar, venida desde la base del Comité de Gestión de Alpahuayo Mishana.

Atestigua: «Cuando vamos en botes nos asaltan los colombianos. La prostitución está por demás, hay niñas de 12 años embarazadas. ¿A cambio de qué? De necesidades porque el Estado no lleva esos PIAS (Plataformas Itinerantes de Acción Social, embarcaciones de la Marina de Guerra que navegan por los ríos de la Amazonía, también sobrevuelan aeronaves de la FAP y del Ejército por Loreto y Ucayali). El agua que se toma está contaminada. Somos dos mujeres que estamos saliendo en defensa de nuestra cuenca del Nanay, a nuestros hijos, a la vida. Estamos exponiendo nuestras vidas. En el lugar también hay un “serrano” que está haciendo daño a la comunidad. Ya se ha ido a la Fiscalía a poner la denuncia y a pedir las garantías del caso».

Suena mal decirlo, pero hay gente que cree que hemos cambiado mocos por babas cuando se habla del actual gobernador y su antecesor sobre el problema del Nanay, y de tantos otros pendientes, errores y horrores que quedan en la sombra del olvido porque “la prensa” calla. Y así como a la actual cabeza de la gobernatura le agrada las fotos por doquier –el marco es casi siempre adquisiciones, de buses, de camionetas; entiéndase el mensaje entre líneas–, siempre de rostro sonriente, cual Mesías que ha venido a solucionar todos los problemas del mundo, sería compensatorio y reivindicativo con Alicia Piña Aguilar, con Marcelina Angulo, y tantos otros pobladores más de la Cuenca del Nanay, una foto de sonrisa triunfadora de él y de su equipo junto a las dragas bombardeadas.


Escrito por

Marco Antonio Panduro

Nacido en Iquitos (1974), autor de APUNTES PERDIDOS (2020) & LOS AMANTES DE MI ABUELO (2023)


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