«¡SE VIENE EL CAMBIO CON FUERZA!», grita esta propaganda que debe datar desde hace bastante, pintada en una pared en los alrededores de la Plaza Roja de San Juan, mientras sorprende la cantidad de vendedores ambulantes de todo tipo. Niños, adolescentes, mujeres que venden juanes y otros platos regionales. ¿El cambio se viene con fuerza, desde cuándo? Pues hasta ahora no llega. Y su propulsor se encuentra entre rejas.

«JOEL PARIMANGO LANZÓ EN HOTEL BOLÍVAR DE LIMA PROGRAMA DE CARNAVAL EN DISTRITO DE SAN JUAN. Alcalde estuvo acompañado de funcionarios y mujeres vestidas con indumentaria nativa».

Antaño el Gran Hotel Bolívar representaba y reunía a la crême de la crême de la oligarquía limeña. Es un tiempo de la historia del Perú. ¿Por qué necesariamente allí? En las redes la gente comenta la capacidad de despilfarro en trivialidades de las autoridades.

«RENÉ CHÁVEZ PRESENTÓ FESTIVAL ECOLÓGICO INTERNACIONAL DEL JUANE Y SU CHICHA 2023». Aquí, en el primer post, los usuarios en las redes volcaban críticas porque aparecía una pareja de extranjeros promoviendo el juane.

«31 MILLONES DE SOLES DESTINADOS A LA CONSTRUCCIÓN DE VEREDAS EN LA ZONA MONUMENTAL DE IQUITOS», una obra que ha mandado a la quiebra a negocios en la calle Raymondi, generado incomodidad a los vecinos desde hace más de dos años, y una pésima imagen a los turistas que tienen que sortear estas exoticidades urbanas de nuestras autoridades. Simples tres, cinco cuadras. Según la ex decana de Arquitectos de Lima 100 mil soles hubieran bastado para realizar un estudio donde todas las partes fueran escuchadas.

Es más, no deberíamos de estar añadiendo acápites, aposiciones y comentarios. Los titulares hablan por sí solos. Le dicen también que el chiste se cuenta por sí solo.

Por otra parte, la semana pasada «El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la expresión cultural “Carnaval Amazónico de Iquitos” en virtud de la importancia y trascendencia que tiene esta festividad como portadora del fortalecimiento de la memoria histórica de los pobladores de la región», reza la noticia en el diario EL PERUANO.

Es un logro, casi impensado, pero el problema comienza ya a preocupar a sus promotores porque serán justamente estas autoridades quienes tomen la batuta de estas celebraciones unificantes. Es decir, el problema se presenta y pasa cuando de dinero se habla y cuando el dinero tenga que correr.

Sobre esto, Enrique Rodríguez, miembro del Comité de Declaratoria del Carnaval Amazónico de Iquitos, considera que un patronato integrado por organizaciones sociales e intelectuales debe ser el encargado de organizarlo, de esta manera, este producto turístico podrá ser ofrecido y competir con los grandes eventos del mundo.

«La Cámara de Comercio Exterior y Turismo, el empresariado, tiene que entrar a impulsar ello, con el apoyo del Gobierno Regional de Loreto y la Municipalidad de Maynas. No podemos darle al Estado esta tarea, la debe hacer un privado. El Estado es ineficiente, corrupto e incapaz», indica.

«Tenemos el caso del Carnaval de San Juan, ¿dos millones y medio de soles, para que nos enseñen a envolver juanes o hacer chicha? Viene un mentiroso que dice que vendrán 30 mil turistas cuando los aviones no tienen esa capacidad, eso que dijo el gerente general del GOREL, es una estafa ideológica o el señor no sabe contar», señala.

“Modernidad carnavalesca”, es la frase de Jorge Najar que hemos rescatado en el artículo anterior, pues hasta ahora, pareciera, los políticos poco entienden sobre identidad(es) regional(es) y confunden todo con el folklorismo. Seduce la fiesta desde el lado del despilfarro. Así se hace patria.

El Alcalde del Puinahua, Giordano Mendoza, declara: «FIDEICOMISO INDÍGENA DEBE SINCERARSE Y SERVIR A LOS PUEBLOS PRODUCTORES». El propósito, grosso modo, es el impulso de bionegocios. En las redes, los comentarios no son nada favorables. Usuarios escriben: «¡Provecho, se frotan las manos los alcaldes!»

Converso con un amigo, siempre bien informado sobre los asuntos y los manejos de la ciudad. Por reserva no mencionaré su nombre y porque no le he preguntado si quiere que lo mencione. Pero su símil suena muy original. Pone como ejemplo ir al GOREL y dejar una piedra, del tamaño que usted quiera, en las oficinas donde se reparte el presupuesto. La piedra, según su analogía, no hará nada. No tomará una sola decisión y ni un solo sol del erario. La intangibilidad de los fondos está asegurada. Pero en la misma medida, esa piedra no moverá un solo dedo, –las piedras no tienen miembros, a propósito–, en favor de una acción que reditúe hacia un beneficio comunitario.

Entonces, para este amigo, el mayor problema no es la corrupción en nuestro país y en nuestra región, y en nuestra ciudad, sino la ineptitud y la incompetencia de sus actores. Lo cual tampoco quiere decir que justifique el «ROBA, PERO HACE OBRA». Su punto es que el orden de los problemas en el manejo de nuestros recursos parte, primero por la ineptitud, y luego por la corrupción. Este sencillo cambio de orden en los factores, según su idea, daría no necesariamente el mismo resultado.

Exposición controversial y controvertida que invita a la discusión.