#ElPerúQueQueremos

"retrato de familia" de christian bendayán

Modernidad carnavalesca

Columna tomada del Pro&Contra Amazonía Digital

Marco Antonio Panduro

Publicado: 2023-05-24

«Al amazónico el anhelo de una modernidad carnavalesca lo tiene deslumbrado». Es una cita extraída del libro de Jorge Najar, CONTRA LA BARBARIE que describe bastante bien el comportamiento colectivo de ciudades como Iquitos, quizá la que más se ajusta a este juicio vertido por el poeta pucallpino radicado en París desde hace varios decenios. Importa más una modernidad impostada y sin base, o sobre endebles cimientos.

En el transcurso de estas semanas tres noticias resultan relevantes para los propósitos de este artículo.

En Punchana, por no contar con los permisos respectivos, se clausuró una fiesta en vía pública la cual iba a tener lunar en una loza deportiva. Por otro lado, la Municipalidad de Maynas realizó un operativo para el retiro de motocicletas que se encontraban estacionadas en diferentes veredas de la zona monumental. ¡RESPETEMOS LOS ESPACIOS PÚBLICOS!, ha sido la invocación de la comuna de Maynas a través de las redes sociales.

Paréntesis breve hasta aquí. Si nos detenemos en estas dos noticias, estas en realidad, no deberían ser consideradas como tales. Lo excepcional es lo ordinario, y lo que debería ser hecho cotidiano se convierte en hecho singular en la actualidad.

En estas semanas últimas, por su parte, el señor Edgar Valdivia dio a conocer una cifra económica. «Todos los meses la municipalidad de Maynas, recibe una compensación de 350 mil soles, con la finalidad de ejecutar la defensa ribereña, mantenimiento del Malecón y a la fecha se calcula que el monto recaudado asciende a 35 millones de dólares. Con esa cantidad, hubiésemos hecho varios malecones». Declaraciones estas en torno a lo descuidado que se muestra el boulevard, la única zona turística, en sentido estricto de esparcimiento público.

En una publicación a detalle ha dejado constancia que «hasta la fecha la Municipalidad Provincial de Maynas viene recibiendo religiosa y mensualmente la suma promedio de S/. 369,500.00. El Ministerio de Economía y Finanzas en forma anual asigna al ente local la suma de S/. 4'434, 000.00, monto que está insertado en el Presupuesto Inicial de Apertura 2013. En suma, desde la derogatoria de la Ley 24832 (1992-2012) y su sustitución “compensatoria” por el Decreto Ley N° 25702 ha generado asignaciones por US$.26’361,726, que no incluye las transferencias por el periodo de vigencia de la derogada Ley (1988-1992).» Las cifras dadas, para nuestra realidad no son nada minúsculas.

Ha dicho además una verdad que es realidad que pocos se atreverían a cuestionar. «Como puerta de entrada tiene que mostrarse en condiciones mínimas de higiene y presentación, y todo aquello que concuerde en que Iquitos es la Isla Bonita». En un malecón cada vez más derruido la afirmación anterior describe bien la situación de abandono e indiferencia municipal (hasta ahora). Dése un paseo por la parte baja del Boulevard y se topará con un horror de desnaturalización de lo que fue cuando se inauguró este espacio destinado a todo público.

Sobre estas declaraciones, desde hace treinta años, ¡30 años!, no se realizan inversiones. Es lógico pensar que en tres décadas esta asignación presupuestaria ha sido destinada a proyectos que no hayan tenido relación con el mantenimiento del Boulevard y más bien destinados a otros usos nada ingenuos. O, en último caso, si se otorga el beneficio de la duda, el mal uso de este presupuesto ha sido ejecutado por gente incompetente. En verdad, ambas posibilidades pueden dar una tercera; es decir, incompetencia y malversación.

Ahora bien, sobre las dos noticias iniciales, dos aspectos que merecen resaltarse. Primero, en las redes sociales, los comentarios por estas iniciativas han sido halagadores y elogiosos. El público apoya estas medidas, pero salta inmediatamente la duda, el escepticismo. ¿Cuánto durarán estas campañas? «Escoba nueva barre bien», dice el dicho.

Cualquier ciudadano cuerdo deseará el mejor de los éxitos –si cabe la expresión– a las actuales gestiones ediles que componen los cuatro distritos de la ciudad (San Juan, Belén, Maynas y Punchana), pero la emoción del momento no puede ser óbice para mostrar cierto escepticismo. El éxito de una campaña está en su sostenibilidad en el tiempo. En su constancia. De manera inversa, esta anarquía extendida –a partir de que el sentido de autoridad se ha ido diluyendo gestión municipal tras gestión municipal– instaurado en conductas colectivas que han normalizado estacionar sus motocicletas en las veredas, hacer parrilladas estruendosas ocupando una calle sin permiso, y sin la mínima empatía por los otros vecinos. Es excusa simplista defender estos comportamientos «porque somos una sociedad tropical».

Además, cada municipalidad debería de contar con una Dirección de Estética Urbana –estamos siendo irónicos en el rótulo– que haga intentos por arreglar los estropicios arquitectónicos que no cesan. Ya lo hemos mencionado anteriormente:

«Chachapoyas es un buen ejemplo a seguir. Chachapoyas es una de esas ciudades raras en este Perú anárquico donde no circulan motocarros, por tanto es una ciudad silenciosa. Existe una norma que prohíbe este tipo de vehículos (no pretendemos decir con ello que se prohíban esta clase de vehículos, nuestra realidad es diferente). Las fachadas en el centro histórico están pintadas todas en blanco, y la especificación para los negocios y comercios de que los rótulos y/o letreros deben ser en negro, se obedecen. Hay casonas coloniales de quincha que perduran en el tiempo desde hace varios siglos, incluidos sus balcones. Y para aquellos quienes se sientan atraídos por replicar este tipo de arquitectura deben cumplir al dedillo con las especificaciones de querer continuar con esta herencia arquitectónica en sus edificaciones actuales. No existen excepciones, al punto que los grandes bancos deben ajustar sus imagotipos a estos requerimientos. Así se crea una armonía y bella homogeneidad visual. Y pese a las diferencias políticas, cuando un nuevo inquilino municipal se establece como autoridad, quienes ocupan el cargo por cuatro años han respetado y siguen respetando esta norma. Es de elogiar esta actitud en un país como el Perú donde se borra una buena decisión tras suceder en el cargo al adversario (casi enemigo) político».

De vuelta al inicio sobre el anhelo de una modernidad carnavalesca de los amazónicos, ¿qué significa lo moderno? Significa ir a los lugares cool. Huachafo, oportunista, y falso momento de sofisticación. Parte de esa modernidad carnavalesca que no es exclusividad de estos lares –según Eric Hobsbawm–, los estadios y coliseos donde se realizan grandes conciertos, primero; los hoteles internacionales, en segundo término; y en tercer lugar los malls o centros comerciales son los símbolos de la esfera pública de estos tiempos. Pero si reparamos en el detalle, ninguno de estos lugares es de espacio público abierto y de acceso gratuito. No se niega que formen parte del paisaje urbano, pero en una ciudad como Iquitos que carece de sistema de alcantarillado y desagüe eficiente (solo para mencionar una sola de estas falencias como espacio urbano), el orden de las prioridades y de coherencia en la planificación de su crecimiento salta a la vista; mejor dicho, su incongruencia de planeamiento.

El “debe” porcentualmente es superior con creces al “haber”; de manera que ya sería tiempo de ir cortando esa racha de ineptas autoridades ediles que se han sucedido en el cargo desde hace más o menos tres décadas.


Escrito por

Marco Antonio Panduro

Nacido en Iquitos (1974), autor de APUNTES PERDIDOS. Sus intereses y preocupaciones giran en torno a la literatura, el Arte y el Perú en sí.


Publicado en